BY MONICA CARRILLO
OUR VOICE COUNTS
I had run out of ideas of what I could pitch for the week before Thanksgiving and planned to tell my newsroom I was going to take the week off.
Then I received a text.
I wasn’t sure what I felt at that moment; I just felt shocked.
A homicide?
I quickly got up and locked the door, closed the blinds, peeked through the window once more before heading to the farthest room in my apartment.
I thought that would be enough to feel secure — at least for a few hours.
But because I’m a reporter, I knew I couldn’t escape it for long.
Going straight into reporting the next day based on the little information we had, I interviewed reactions of the community and the tragedy that struck the students at the University of Idaho.
But the moment I had a free day, I broke down and felt panic when I was left alone.
Who did this? Why? How?
It’s still been a mystery in the small town of Moscow and only continues to be the center of many conversations in my newsroom.
Since then, that’s been the main focus of my writing, but also the main focus in my thoughts.
As I continue my journey as a reporter, this was my first experience covering a story like this and I only hope that I won’t have to go through this again anytime soon.
I’m okay now. This all just sucks.
NUESTRA VOZ CUENTA
Me había quedado sin ideas de lo que podía lanzar para la semana antes de Acción de Gracias y planeaba decirle a mi sala de prensa que iba a tomar la semana libre.
Pero horas despues, recibí un texto.
No estaba segura de lo que sentía en ese momento; sólo me sentí sorprendida.
¿Un homicidio?
Rápidamente me levanté y cerré la puerta, cerré las persianas, miré por la ventana una vez más antes de dirigirme a la habitación más alejada de mi apartamento.
Pensé que eso sería suficiente para sentirme segura, al menos por unas horas.
Pero como soy reportera, sabía que no podía escapar por mucho tiempo.
Yendo directamente a informar al día siguiente basado en la poca información que teníamos, entrevisté las reacciones de la comunidad y la tragedia que embarcaron los estudiantes de la Universidad de Idaho.
Pero en el momento en que tuve un día libre, me derrumbé y sentí pánico cuando me quedé solo.
¿Quién lo hizo? ¿Por qué? ¿Cómo?
Todavía ha sido un misterio en la pequeña ciudad de Moscow, Idaho y solo sigue siendo el centro de muchas conversaciones en mi sala de redacción.
Desde entonces, ese ha sido el foco principal de mi escritura, pero también el foco principal en mis pensamientos.
A medida que continúo mi viaje como reportera, esta fue mi primera experiencia cubriendo una historia como esta y solo espero no tener que volver a pasar por esto pronto.
Estoy bien ahora. Todo esto simplemente apesta.